El canino es uno de los dientes más importantes de la dentición permanente, desde el punto de vista funcional y estético. Su período normal de erupción es entre los 9 y los 13 años.
Los caninos incluidos son dientes no erupcionados, permaneciendo dentro del maxilar más allá de la fecha normal de erupción.
Este tipo de malposición dental esta asociada a factores genéticos, por lo que puede encontrarse en varias personas dentro de la misma familia.
Respecto a la población general la incidencia varía entre el 1 y el 3% para los caninos superiores y entorno al 0,35 % para los inferiores, presentando una predilección por las mujeres, con una frecuencia de 1,5 a 3,5 veces mayor que en los hombres.
La inclusión de los caninos puede dar lugar a varias secuelas como la migración de los dientes vecinos y pérdida de la longitud de la arcada, la reabsorción de los dientes adyacentes, formación de quistes dentígeros, infección, dolor referido, etc.
El diagnóstico clínico se basa fundamentalmente en la ausencia del canino permanente en la arcada, o la persistencia en la misma del canino temporal, y la observación radiológica mediante ortopantomografía, radiografía oclusal, radiografía periapical y/o TAC que nos permite ver la localización exacta el diente incluido en el maxilar.
Tratamiento del canino incluido
Existen diferentes opciones de tratamiento:
- En el paciente en que la posición del canino permita la posibilidad de su tracción ortodóncica a la arcada, se realizará la exposición o fenestración quirúrgica y la tracción mediante medios ortodóncicos.
- Cuando no es así, debido a su colocación o por su anquilosis al hueso, el tratamiento de elección será la exodoncia quirúrgica.
- La abstención estará justificada en situaciones de enfermedad sistémica grave o durante el embarazo.