Muchas personas conviven día a día con encías que sangran al cepillarse o espontáneamente durante su rutina diaria. El sangrado de las encías es un signo de que se están produciendo problemas en ellas, y estos problemas deben ser atajados.
La causa principal del sangrado de las encías es la higiene inadecuada. Si no tenemos una higiene adecuada, se formarán acúmulos de placa alrededor de los dientes. Ésta placa contiene bacterias, y con el tiempo, se convierte en sarro. El sarro, que también contiene bacterias, sólo puede ser eliminado mediante limpiezas profesionales.
La placa bacteriana y el sarro inducen una respuesta inmunitaria en la encía, que intenta defenderse ante esta agresión mediante una inflamación, lleva más sangre a la encía, y produce el sangrado de las mismas. Esta inflamación de la encía es la condición llamada gingivitis. La gingivitis es una enfermedad tratable mediante higiene, y no deja secuelas en el organismo.
Si dejamos avanzar el acúmulo de placa, se producirá una separación entre diente y encía, donde se introducirá la placa y las bacterias, y esto afectará a los tejidos de soporte del diente, llamándose a esto periodontitis. La periodontitis produce destrucción del hueso que soporta al diente. La destrucción de hueso es irreparable, y la periodontitis sólo puede tratarse mediante higiene y mantenimiento realizado por profesionales.
Ante los primeros signos de sangrado, debemos mejorar nuestra higiene mediante cepillado y usando medidas para la higiene interproximal. Si este sangrado es persistente, se debe visitar al dentista para que realice un diagnóstico y evitar males mayores.
Pide cita para una revisión de encías.