Casi todas las personas que tienen ya sus dientes permanentes se pueden hacer un blanqueamiento dental. Lo recomendable es evaluar la salud de tu boca y recomendar el método de blanqueamiento más adecuado en tu caso. Dependiendo del tipo y la gravedad de las manchas, se recomienda uno o varios de los siguientes tratamientos:
- Una limpieza profesional para eliminar las manchas externas causadas por la comida y el tabaco.
- El uso de una pasta de dientes blanqueadora para ayudar a eliminar las manchas entre las visitas al dentista.
- Blanqueamiento con peróxido (en consulta o en casa) para las manchas o el oscurecimiento más resistente.
- Blanqueamiento interno, para manchas provocadas por el nervio dental.
- Carillas dentales, cerámicas o de composite, para arreglar dientes irregulares o dañados, o para conseguir un resultado específico.
A lo que mejor responden los dientes amarillos es al blanqueamiento con peróxidos. Puede que los dientes marrones o grises y los que tienen rayas o motas provocadas por la tetraciclina o el exceso de flúor no se aclaren de forma homogénea con los peróxidos, por ello habría que valorar otros métodos.
Cuando se tienen empastes, coronas, fundas o carillas en los dientes delanteros, habría que estudiar detenidamente el caso, ya que éstas no cambian el color con el blanqueamiento, y destacarán en medio de los dientes blanqueados. Puede que convenga estudiar otras opciones, como por ejemplo cambiar las reconstrucciones o realizar carillas de cerámica o de composite.
Pregúntanos por el método de blanqueamiento más recomendable en tu caso.